Cada vez que tengo que dibujar un concepto como es la corrupción, sólo se me ocurre un gran monstruo de un solo ojo (muy pendiente de por dónde meter la mano), con cara de pocos amigos, y cargado de billetes, bolsas de monedas y enchufes en la mano.
Cada vez que pienso en cómo se le puede vender esto a alguien, me imagino poniéndole una careta con una sonrisa pintada, que casi resulta burlona. Con eso es suficiente sin duda.
¿De verdad nos lo han colado?