Ayer tuve una experiencia curiosa. Charlando sobre la detención de Puigdemont en Alemania, tuve un “momento de iluminación” interesante. Me di cuenta de algo muy obvio para la mayoría (no lo pongo en duda), pero que mi mente trata de obviar: no diferenciamos los partidos políticos de un equipo de fútbol del que te hace socio tu padre cuando naces.
A mi juicio, esa forma de entender la política impide el pensamiento crítico. Discurrir si llevamos o no la razón obliga a informarse, debatir, escuchar a quienes no nos gusta oír demasiado…
Ya no digamos discutir algo.
En fin… que es algo que para muchos era obvio. Yo he tratado de no querer creérmelo. Igual era forofismo también.