¿Qué pasaría en este país si un deportista de élite (debo recalcar que futbolista, que si no, no es lo mismo) fuese a la cárcel? ¿Aceptaríamos la situación como ciudadanos indignados porque, para variar, los únicos que pagan impuestos religiosamente son los que tienen una nómina?
Algo me dice que las manifestaciones de Francia quedaría en nada al lado de la que se montaría aquí. Pienso en el caso «Pantoja», donde los fans lloraban por el encarcelamiento de quien las ha robado indiscriminadamente. El mundo del fútbol no sería menos; ¡faltaría más!
Pero qué podemos esperar, cuando aquí no dimite ningún político, por muy pringado que se le encuentre. Un futbolista no sería menos…